viernes, 25 de julio de 2014

Purple Comics Nº 3

Revista formato 14,5 x 20 cm, 46 páginas + tapa, blanco y negro, tapa y retiraciones color, encuadernado rústico. Autores varios. Editado por Purple Books. Blog original: http://purple-comics.blogspot.com.ar/ Sitio actual: http://comicspurple.com/
Cuando sumás talento, te salen tapas bellamente diseñadas como ésta.
¿Qué onda?
Purple Comics es una suma de voluntades basada en una inusual receta que mezcla los siguientes ingredientes:
Autores jóvenes, talentosos y frescos: 1 puñado.
Espíritu fanzinero de antología como modo de sumar mangos para poder publicar: 1 kilogramo
Mente maestra que mueve los límites más allá del ghetto fanzinero de salir cada vez que se junta el mango y las ganas de terminar la historieta: 1
Diseñador gráfico que la tiene clara: 1
Bolas para sacar algo diariamente aunque no necesariamente te paguen: 1 MONTÓN
O sea, agarrás la típica antología de fanzineros, le clavás esteroides, laburo a conciencia y atención a los detalles, y sacás tres números de historietas en papel y 15 revistas electrónicas en el transcurso de un año.
Producido por Mariano Sciammarella y dirigido por Lea Caballero, Purple Comics sale primero como blog al estilo de Historietas reales, con una serie distinta por día dando entregas semanales; luego sale como revista electrónica, descargable en el sitio arriba indicado, y como parte del propio plan de Lea y sus secuaces, en papel, a períodos regulares, cumplidos tipo reloj suizo durante el 2013.
Lo que hacen estos pibes, la mayoría de ellos más jóvenes que yo, me hace decir "cuando sea grande, quiero ser como ellos".
¿De qué se trata?
Purple Comics es una de las antologías más parejas en calidad que me ha tocado leer. Si han leído mis reseñas anteriores, habrán visto que, en general, las publicaciones que reúnen material de autores varios tienen altibajos. Y no es un tema de estilos. Purple Comics tiene dibujos de 5 autores con estilos propios, dos de ellos emparentados con el manga, pero separados del estilo puro yendo por caminos gráficos diferentes entre sí. Ninguno decepciona.
Por supuesto, nunca nada es rosa, y no voy a evitar observar cosas, pero sepan que mi detallismo rompepelotas no logró mellar mi experiencia como lector en lo absoluto.
Ahora, a las flores y las castañas, mis amigos. Las piezas incluídas en este número son:
Mad Hawk, Rain Maker, capítulo final, por Lea Caballero
El autor de Yo Nen y Cielo despunta el mash superhéroes/manga en el episodio final de este arco de MadHawk. Ciudad Cromática tiene la injustificada fama de esconder un fabuloso y mítico tesoro y es atacada por criaturas y villanos con regularidad merced de esta causa. Rain, el alado protagonista se enfrenta a una horda de hombres de lava, invencibles por número y por la imposibilidad de apagarlos con meros chorros de agua. Rain provoca un diluvio que inunda la ciudad con proporciones catastróficas para tratar de apagar y drenar a los enemigos y salvar así a la ciudad y a sus habitantes. Si te parece peor el remedio que la enfermedad, podés estar en lo cierto, pero Ciudad Cromática tiene un héroe que no suele tomar crédito: su gente. No te digo que Lea resuelva el entuerto con la elegancia del James Bond de Sean Connery, pero se las rebusca no solo para justificar que una inundación hecatómbica no acabe con la ciudad ni con sus habitantes, sino también para aprovechar la situación para dejar abierta la puerta a un nuevo villano, esta vez uno en el sentido clásico del villano del comic yanqui.
Gráficamente, Lea la tiene clara y en las escenas grandes se destaca su calidad. Una splashpage y una doble splash con viñetas insertadas muestra cómo debe dibujarse una ciudad inundada y el oleaje de tormenta.
Crónicas de tinta "La Sangre es más espesa que la tinta", por Marce Martí.
La chica que de día labura en una imprenta y de noche aprovecha su poder de transmutarse en una etérea masa negra líquida que se mueve entre las sombras, investigando misteriosas muertes en plena calle, bajo el nombre de La Tinta. La Tinta está llegando al meollo de su investigación y se topa con un adversario inesperado y más interrogantes que respuestas. El dibujo parece perder un poquito de fuerza al imprimirse en este formato. En la versión web, esas mismas tramas de grises se ven mejor, aún en las viejas pantallas CRT, pero es un detalle. La historia fluye, la intriga crece y uno queda con ganas de más, que es lo que esta revista quiere, al fin y al cabo.
Jellykid, Hero time, por Franco Viglino.
Si no sos del palo de los superhéroes, difícilmente entiendas que un nene de la calle que vive en la casilla abandonada de los guardavidas de una playa encuentre una especie de gorro de baño mocoso como una aguaviva y en vez de tirarlo a la basura se lo ponga, adquiriendo increíbles poderes marinos. No solamente eso, tampoco entenderás que apenas adquiridos esos poderes, el pibe los use como si hubiera nacido con ellos. Si sos del palo, sabés que eso es normal. Y si sos lector de Max King Comics!, sabés que hay leyes científicas que explican estos fenómenos. Se trata de la Ley de Broome-Kane, que explica que todo poder recién adquirido es utilizado instintivamente en la primera ocasión en que se requiere y recién luego de eso, la mente conciente empieza a procesarlo y a comprenderlo, y el aprendizaje comienza casi de cero.
Viglino tiene un estilo mangoso mucho más cercano a lo que uno entiende como manga que Lea Caballero. Si yo supiese algo de estilos de manga, de seguro les diría exacto qué autor influye a cada quién, pero no es el caso. Y la verdad, poco me importa, porque los dos dibujan muy bien y lo que hacen me gusta más que la mayoría de los mangas que he tenido la chance de chusmear. Jellykid está saliendo de ese estado que describe la Ley de Broome-Kane y acaba de salvar a un hombre y a su hija de un incendio en la embarcación del pescador. En gratitud, el hombre lo lleva a su casa, una casa bastante grande, justificada en que el hombre trabaja en el faro y transportando cargas entre las islas (la historia ocurre en un archipiélago). Cuando el pibe está instalado y finalmente se cambia la ropa (deja la camiseta del Niupi, referencia a Captain Tsubasa para los del palo del manga) cuando es llamado por una voz de regreso al mar. Allí es donde Oliver (como Atom, más referencias a Captain Tsubasa) vuelve a calzarse la gorra que le da sus poderes y nada al encuentro de su Abin Sur, de su OA, de su consejo de Maltusianos, la Mother Jelly, que le va a explicar al pibe por qué fue elegido para ser el Jelly Kid, el pibe aguaviva. El dibujo es impecable, con un preciso balance entre grises manuales y tramados mecánicos. Hay dos splashpages en esta historieta que son joyas gráficas. Entre esto y lo de Lea Caballero, me compro cinco sombreros para poder ponérmelos y sacármelos uno por uno saludando esta calidad. En serio, muchachos, se pasan.
35, Tierra, por Diego Bo Fernández.
En un mundo posapocalíptico, 35 es uno de muchos guerreros creados genéticamente al que envían desde la supuesta última ciudad de la civilización humana para explorar "el yermo". La idea no es que pase los límites del yermo, sino que los habitantes de la ciudad no tengan nunca esperanzas reales de abandonar esa ciudad aíslada de la supuesta raciación imperante fuera de la cúpula. El guión hasta aquí deja muchos espacios vacíos para que los llene el lector, tira poca información y mucha acción, y el dibujo tiene dos cosas que, sin bajar la calidad general de la revista, le bajan contundencia al talento latente de Diego: las tramas mecánicas son más grandes que las de cualquiera de las otras historietas del número, lo que molesta un poco, y el dibujo es demasiado limpio para el estilo, y para el blanco y negro. Hay escenas donde los cuerpos no se ven tan naturales y si alguien es neurótico de la anatomía marcará algunas poses incompatibles con la figura humana, pero yo no dudo que Diego Bo puede llegar a ser bueno. Lo que aparece en cada viñeta se entiende y eso es mucho, si tenemos en cuenta algunas de las últimas reseñas que hice. No muchos dibujan tan bien las manos abiertas, aunque se le nota que los puños le cuestan (paradoja, ya que a los que dibujamos mas o o menos, los puños nos salen, coherentemente, como piña, y las manos abiertas nos cuestan).
Le Fadet, El relato final del bosque, de Fer Gris.
Quería conocerla en persona, pero Fer Gris se mudó al sur y no suele estar en ninguna de las apariciones de la troupe de Purple Comics. No siempre se encuentra uno a una dama que dibuja fantasía medieval, con sus caballeros de armadura y las espadas, y las brujas, y los duendes, y las imágenes oníricas y mágicas. La historia del caballero que se enamora de la ninfa y gana la eternidad en el bosque mágico del Fadet acaba cuando el caballero, que había sido retenido en el bosque por la belleza de un hada, debe defender el bosque de un cazador. A veces, Fer me recuerda a Alcatena, aunque ciertamente Gris usa muchas menos rayitas (Quique ranquea atrás de Brian Bolland en la lista de dibujantes que más rayitas hacen cuando arman las tramas) y a veces la belleza de las imágenes radica en la limpieza del trazo. Una buena coronación para un gran número.
¿Quién debería comprar Purple Comics Nº 3?
Además de los que ya compraron los números anteriores, Purple es una balanceada antología de aventura y superheroísmo, con espacio para agregar géneros y talento para tirar al techo, bien editada y muy bien producida. No solamente hay que comprarla, también hay que bancarla, porque el proyecto de Lea para este año es sacar un libro a todo culo con mucho, pero mucho material. Es más, han armado un proyecto para juntar la guita para llevarlo adelante mediante Crowdfunding, lanzado en Idea.me (AQUÍ) No solamente recomiendo conseguir la revista, sino también apoyar a este libro que ya tiene una hermosísima tapa dibujada nada menos que por Salvador Sanz (Angela Della Morte, Catzole). Papa fina, hay que bancarlos.

MAX KING

miércoles, 23 de julio de 2014

Carlitos Año 2: "Héroes o demonios"

Libro, formato 22 x 15 cm, 72 páginas blanco y negro, tapa color, encuadernado rústico. Editado por Universo Retro. Autores varios. Sitio web de la editorial: http://www.universoretro.com.ar/
Tapa ilustrada por Flavio Luccisano que muestra los tres momentos más importantes. El primer episodio de Carlitos tenía mucho blanco en la tapa, éste tiene una ilustración como para poster de película.

¿Qué onda?
El primer tomo de Carlitos dejaba a este veterano perdedor encerrado en un manicomio, acusado de causar el incendio de donde, ataviado con el traje original de Batman de Adam West, rescató a una nena. Así lo confirmamos en Antología de Héroes Argentinos Volúmen 3, de la misma editorial, reseñada en este mismo sitio (ACÁ). Cuando Bizancio rescata a los héroes, encuentra a Carlitos en ese manicomio y le avisa que le va a mandar a alguien. Es en este número donde se verá qué pasó con esa promesa, aún cuando Bizancio ni pinte. Con el creador de Carlitos, Sebastián Ariel Rizzo como mente maestra detrás, él y otros guionistas arman un Carlitos fragmentado en siete historietas cortas que construyen la base del Carlitosverso que se viene, con aliados, enemigos y una épica propia para un héroe que surge, luego de empezar cayendo bien abajo, incluso cuando la pobre vida que llevaba Carlitos al principio de la primera entrega parecía no admitir más subsuelos.

¿De qué se trata?
Tras un prólogo de Gabriel Bobillo, empieza de lleno la acción con las siguientes piezas de comic:
Kerosene, con guión del propio Bobillo y dibujos de Alberto Aprea.
Se presenta un enemigo, un pesado que hizo guita con negocios turbios, tras leer sobre Carlitos rescatando a la nena quiere beber del caldo de la redención, pero en la leña echa el kerosene de la venganza mafiosa, y se quema con el fuego del tiro con el que pretendía matar dos pájaros. A un admirador de Batman le hacía falta un personaje con la cara quemada como enemigo. Gran guión de Bobillo y un dibujo de Aprea que aporta fuego a la situación, justamente lo que ese guión más le pide.
Víctor y Dumbo "Horas Extras", con guión de Sebastián Rizzo y dibujos de Matías Paolini.
Si Starsky y Hutch fueran de la Bonaerense, no serían Mosca y Smith, sino Víctor y Dumbo. ¿Por qué? Mosca y Smith eran honestos, al fin y al cabo. Victor y Dumbo... son coherentes a su contexto. En el guión, Rizzo muestra la cancha que tiene para mezcar humor, acción y una historia urbana de canas argentinos que hacen "horas extra", y cuando ves lo que hacen, entendés por qué el encomillado. En los dibujos, Paolini pide color, y lo pide demasiado intensamente como para convencerme de que el dibujo es bueno. Tengo un ejemplo patrón para ilustrar cuando un dibujo es tan bueno que aún sin colorear se sostiene: Cazador Nº 7. Originalmente pensada para salir a color, la historieta salió en monocromo por problemas que ya ni recuerdo y es el número en blanco y negro que más me gusta de los siete. El dibujo se veía tan bien en blanco y negro como se iban a ver los siguientes números a color. Y es que el buen dibujo no necesita el color para zafar. Claro que el color puede ayudarlo o incluso mejorarlo, pero siendo bueno, puede prescindir de él.
No pasa con este dibujo de Paolini, que parece necesitar color para llenar todo ese blanco que abunda en las páginas. Es probable que alternando páginas con fondo negro y fondo blanco quedase mejor, o sencillamente la historieta necesitaba color para omitir tantos fondos y dejar tanto espacio en blanco.
Pese a esto, entre el texto y las partes donde el dibujante optó por usar tinta, la acción se comprende y pinta que estos canas también van a ser un "villano recurrente". Que el guionista sea el creador de Carlitos aporta a esta idea.
El Poder de un hombre murciélago, con guión de David Rodríguez y dibujo de Daniel Omar Perez.
Un dibujo prolijísimo, ideal para una historia donde aparecen varios personajes de la vida real. Situada alrededor de los eventos de la primera historieta de Carlitos, el guión de David Rodríguez cuenta lo que pasa con Adam West luego de que Carlitos se llevara el traje. Entre las personas reales que encontré en la historieta, que parecen calcadas de fotos (recurso más que válido, cuando se lo usa bien), encontré, además del actor yanqui del Batman con pancita (inspiración original de mi Chanchman), a Guillermo Francella haciendo de tachero, y a Esteban Espósito haciendo de sí mismo. ¿Quién es Esteban Espósito? Es el creador de El Magni y mente maestra de El Blogazo del Comic y de Magnificomics, y juega un papel fundamental en la historia. ¿Qué tul? Es el efecto magnético que Carlitos tiene en todos nosotros, los fanas de Batman. Una historia redonda dibujada bellamente.
Empatía, con guión de Guillermo Grillo y dibujos de Edu Molina.
El equipo que nos dió Animal Urbano volvió a juntarse, esta vez para hablarnos del flamante miembro de la oficina secreta de Confinamiento y Ficcionalización, al que conocimos en el tomo 1 de Antología de Héroes Argentinos. En uno de sus primeros casos, debe decidir qué hacer con una persona que siente el dolor ajeno. Ese mismo poder lo lleva a ser pieza clave en un descubrimiento inesperado dentro de una importante tragedia de nuestra historia reciente. La pluma de Grillo, entrenada en el ejercicio de su carrera de cineasta, le pone acción a los escuetos textos.  Y el trazo de Molina está intacto. Tan grosso es lo de Molina que hay una viñeta, donde se ilustra el choque del tren desde adentro, que me hizo pensar en una especie de Guernica argentino. Cosas que te pasan cuando te gusta mucho el laburo de alguien, a lo mejor, o a lo mejor es que Molina es un grosso, nomás.
Máximo, nace un héroe, con guión de Adrián Paglini y dibujos de Adrián Ruano.
Adrián es el editor de Universo Retro, una editorial que empezó haciendo juegos de cartas y ahora recaló en esto de editar historietas. Algo así como lo que pasó con Panini o Sticker Design. Pero a diferencia de esas editoriales, el capo de Universo Retro sabe hacer guiones de historieta. Si querés, discutile si es bueno o no, como se lo podríamos discutir a otros que han estado en la posición de poder de decidir si algo es digno de publicarse o no, como Andrés Accorsi, que no es precisamente jactancioso de sus poco guiones que llegaron a convertirse en una historieta. Pero Paglini, me parece, entiende de lo que hace, y presenta una historia, dibujada en un estilo bastante comic yanqui de un nene nacido en Grecia (única marcada de cancha: tengo entendido que los griegos dejaron de creer en Zeus y los olímpicos hace bastante más de 35 años, y abrazaron la fe católica) aparentemente tan fulero que los padres tratan de ahogarlo en el mar, convencidos de que fueron maldecidos por Zeus (¿?). Como fuere, el pibe acaba en un cajón de madera en un buque mercante griego y es encontrado por un argentino en el puerto de Santos, Brasil. El pibe crece en el humilde hogar de aquel hombre y su mujer, que lo tratan como a un hijo, viendo a los Titanes En el Ring en la tele y aprendiendo a defenderse a los golpes y de grande, decide convertirse en luchador y salir a buscar a sus ídolos, para lo que viaja a Buenos Aires. Encuentra nada menos que al Ancho Peucelle, quien lo entrena a cambio de que lo ayude con un asunto cuando llegue el momento. El asunto tiene algo que ver con Carlitos, pero no me queda claro si El Ancho piensa que Carlitos es enemigo o amigo. Mientras, el pibe despunta el vicio de la lucha vigilando el barrio, trompeándose con pungas y salvando a una chica ciega a la que parece tenerle echado el ojo, dejando la idea general de que Adrián y Ruano acaban de presentar un personaje interesante para seguirlo más allá de su relación con Carlitos y con El Caballero Rojo, integrado al Carlitosverso rato ha.
Aunque el guión sea observable en cuanto a detalles (cosa en la que soy, ya lo dije, un hinchapelotas), se lee sin problemas y deja muchas puntas interesantes para explorar, lo que siempre es bueno cuando uno presenta un personaje con la intención de seguirlo.
Sacarse la careta, con guión de Nicolás Mobiblia y dibujos de Pablo Canadé.
En una historia más que redondita se nos presenta el comienzo de la carrera de la primera de los Robins que seguramente acompañarán al "Batman" de Carlitos. Intensa, interesante, comprometida, la historia muestra cómo las conciencias burguesas esconden en su interior aquello que endilgan a quienes ven diferentes, quienes no se conforman con ser lo que les asignaron, lo que les toca, y quieren algo de justicia, de dignidad y de respeto. El dibujo parece hostil a la vista al principio, pero resulta adecuado a la oscuridad de la historia, al final. Acaso le encontré una inspiración en el Frank Miller de The Dark Knight Returns, acaso necesite anteojos, como sea, parece el dibujo adecuado para el guión y sus detalles.
Escape de Arjam, con guión de Sebastián Rizzo y dibujos de Ricardo Fullana.
No puedo ser bueno con esta pieza. Puedo ser piadoso, de hecho, tiendo a serlo cuando hablo de los colegas fanzineros, pero leer este guión de Seba llevado a cabo por Fullana de esta manera me hace muy difícil apiadarme. Este guión merecía otro trato gráfico. Más que nada porque es el guión que narra el escape de Carlitos del manicomio en el que lo encerraron, y luego de que la llegada de Chiche Gelblung para entrevistarlo evitara su suicidio. Merece mejor trato gráfico EL momento en que cambia la historia de Carlitos, el momento en que recupera la libertad, tras mucho tiempo adentro.
El dibujo es denso, es feo, de a ratos no se entiende. El único que se nota bien la cara es Chiche Gelblung, que aparece con el objeto de entrevistar a Carlitos en virtud de eso que lo tiene allí encerrado: lo que, muy consecuentemente, para Chiche, Carlitos hizo sin dudas: asesinar dos personas e incendiar la casa disfrazado de Batman. El loquero donde lo tienen encerrado a Carlos está lleno y es un polvorín por explotar, pero el dibujo no refleja la tensión, sino solamente el hacinamiento y la agresión. No hay trazos que distingan dónde hay que mirar, el thick & thin no se nota, o se nota muy poquito. Muchas escenas tienen tal densidad que hay que verlas mucho para lograr entender. Y eso más allá de si el estilo me gusta o no. No entendí toda la acción de una sola lectura.Una pena.
Más allá de este final con sinsabores, el libro toma la historia donde quedó en la primera parte, se contagia del espíritu antológico de la publicación hermana y entrega un popurrí de historias que construyen el Carlitosverso y lo expanden. Carlitos está para quedarse, y si tiene dibujantes que lo sepan tratar de acuerdo a la historia que cuenta, tenemos un gran Carlitos. Como dibujante que ha entregado guiones a otros para que lo dibujen, sé lo hermoso que es ver que un dibujante hace con tu guión lo que esperabas de él, que te trata bien el guión.

¿Quién debería comprar Carlitos Año 2: "Héroes o Demonios"?
Si leíste la primera Carlitos, si estás siguiendo la serie de Antología de Superhéroes Argentinos, si te van los superhéroes, el comic nacional y/o creciste viendo Titanes en el Ring en alguna de sus encarnaciones, tenés que darle una chance a este libro. Su selección ecléctica de dibujantes puede parecerte una montaña rusa de emociones, pero al cabo ¿quién se aburre en una montaña rusa?

MAX KING

lunes, 21 de julio de 2014

Fanzin Preview

Fanzine formato 14,5 x 20 cm , 24 páginas, blanco y negro tapa y una plancha interna en color. Editado por la autora. Autora: Natalia Lombardo. Blog de la autora: untadoendetergente.blogspot.com
Un buen ejemplo de cómo presentar los personajes y el título sin saturar la tapa ni dejar dudas sobre si esa es la revista que veníamos a buscar.

¿Qué onda?
Cuando miro los laburos en color directo de Natalia Lombardo pienso en la ilustradora perfecta para un libro de lectura de escuela primaria. Acaso sea cierta estética kistch que se me recuerda esquemas de color simples y contundentes de tiempos de mi niñez, cuando no había toda esa parafernalia tecnológica de sombreados resueltos con precisión informática imposible que hay hoy en día. Hago una relación imposible con las ilustraciones de María Alcobre para el Viento en Popa 2 de Mirta Goldberg de las ediciones ochentosas de Aiké. Imposible porque el estilo de Natalia no tiene nada que ver. Lo que más se le nota a este fanzine y a Natalia es la atención al detalle y el cuidado de ciertas cosas a la hora de editar. La revista tiene dos planchas de papel ilustración a color, uno para la tapa y otro para una especie de cubierta interna, con dibujos de Sebastian que se repiten en patrón. Eso es mostrar criterio estético para presentar una revista. Las esquinas derechas de la revista están redondeadas, lo que es un detalle que indica una intención muy profesional al montar y armar los ejemplares. Esas cosas cuestan, porque no se hacen a mano (a mano queda horrible y salvo que seas una máquina infalible, nunca quedan parejas).
También me encuentro ante el primer fanzine que se declara como tal desde el título.

¿De qué se trata?
Fanzin Preview es la revista menos críptica que he tenido oportunidad de tener en mis manos. Si deschava su formato en el título, buchonea su idea en el subtítulo, y te cuenta la cosa de una en sus primeras páginas, con presentaciones de los personajes principales primero y de la historieta después. De hecho, más de la mitad de las páginas de la revista se dedican a las presentaciones y a bellas páginas con dibujo y diseño pero sin historieta. Siete páginas bastan para presentar la historia de un pibe que se reparte entre el ceramismo y la taxidermia como modos de vida y su vocación fanzinera, que un día decide abandonar el abandono de su carrera historietística y rearmar su grupo para volver a hacer fanzines. Como la revista indica, es una preview, una muestra de lo que será la obra completa. Los personajes principales son un tanto border: un fanzinero que labura haciendo cerámica y embalsamando animales, un mangaka gay sadomaso que sueña con comerse un bebé chino, un artista conceptual mitómano, hipocondríaco y politóxico, una suizojaponesa misántropa que trabaja en un local de comidas rápidas pese a que tiene una considerable fortuna familiar y vive en una mansión con lago propio, y una patinadora artística de familia de alcurnia con un serio problema de drogas, cuya presentación formal no se encuentra en este número.
El disparador es un ex-colega fanzinero que toma una idea del protagonista, Sebastián, y la convierte en una historieta en la que no lo acredita para nada, lo que lo motiva a Sebastián a volver a hacer fanzines y reclutar para eso a una serie de amistades. En el camino, hat situaciones cómicas y limítrofes, y un equipo que empieza a conformarse. Son presentaciones breves y contundentes, sin lugar para mayores desarrollos. Al cabo, es una preview. Es de esperar que salga alguna vez el FANZIN posta, el que cuente LA historia, pero siendo fanzine, nunca se sabe.
Por ahora, hay que conformarse con este comienzo.
Si hay que marcarle algo a una revista tan cuidada en detalles como ésta, es la impresión de las historietas en particular y la del contenido en blanco y negro en general.
Los dibujos que originalmente eran a color y se pasaron a grises para el interior de la revista quedaron un poco oscuros. Es probable que hayan usado la misma saturación para las historietas, que parecen estar hechas a tinta y pensadas para imprimir en blanco y negro. En algunas páginas, esa saturación y el uso de tanto negro causó que algunos lugares donde debiera haber blanco se ensuciara con tinta, o que se noten los renglones de guía para los textos dentro de los globos de diálogo.
Cosas que se nos han escapado a todos los fanzineros, dicho sea ésto. Editando aprendemos, esa es la verdad. Lo mismo pasa con el tema del centrado de las páginas a la hora del corte. Hay páginas que quedaron muy afuera, y la cizalla casi se morfa un costado, en las páginas pares de la historieta (2, 4 y 6).
La tapa vende, hay que decirlo, y esta tapa tiene color, un título grandote y rojo que llama la atención (lo hizo conmigo) y los personajes dibujados claros y en buen tamaño, cosa que también ayuda al ojo a mirar la tapa. Lo que de veras quiero es que Natalia saque de una buena vez el resto de la historia, o el número 1 de FANZIN, para saber qué va a pasar cuando el equipo se complete, y ver qué nuevas situaciones genera esta ecléctica yunta de fenómenos que buscan hacer lo que todos nosotros: triunfar haciendo un fanzine.


¿Quién debería comprar FANZIN preview?
Es claramente una historieta para adultos, o para gente con un mínimo de madurez mental. Aunque son dibujos potables para ilustrar de cuentos infantiles o libros de lectura de primaria, el guión apunta más a gente del palo y de las edades de los protagonistas, o sea jóvenes adultos. Es una interesante tensión que da para mucho más, en una edición bastante lujosa para el estandar fanzinero, y si mejora algunos detalles y tira la carne al asador presentando la historieta completa, vamos a estar hablando de un PROZINE digno de lo que Sebastián Moreaux, su protagonista y líder, desea: un fanzine para triunfar.


MAX KING

jueves, 17 de julio de 2014

Conceptos Yegüísticos

Fanzine formato 14,5 x 21 cm 20 páginas blanco y negro, tapa color. Editado por Leona Leoni. Autora: Leona Leoni. Blog de la Autora: http://cecilialeone.blogspot.com.ar/ Blog de la publicación: http://conceptosyeguisticos.blogspot.com.ar/
Es envidiable la gente que pinta con marcador y logra que se vea bien. A mí no me sale.

¿Qué onda?
Por lo poco que anduve mirando en los sitios web referidos, Leona Leoni, nome de guerre de Cecilia Leone Iglesias, es una artista que se expresa coloridamente tanto en papel como en paredes (en forma de bellos "graffittis" si es que a estos murales se les puede decir así, teniendo más elaboración estética que los graffittis de tiempos de la represión donde escaseaba el espacio para expresarse sin censura, y el tiempo para hacerlo antes que viniera la cana, y más laburo creativo que los TAGs tan en boga hoy en día). No he hallado datos biográficos como para presentarla formalmente, ni más publicaciones previas que la que convoca esta reseña. Claro que no busqué demasiado, pero la chica a la que le compré esta revista es más joven que yo, así que acaso esta revista sea su primera en el mundo fanzinero, o yo sea muuuuuuuy colgado.

¿De qué se trata?
Conceptos Yegüísticos recopila piezas de humor e historieta desarrolladas por Cecilia en Facebook, Blogger y Tumblr.
Viene presentado en secciones. La primera se llama Basta de Gilada! y tiene chistes de una a tres viñetas.
Luego viene una historieta, llamada "Las Mostri Aventuras de Leona Leoni y Amigxs", y cierra con otra historieta, más corta que la anterior, inluso, llamada Durante el fin del mundo, en forma de chiste apocalíptico. Todo tiene mucha gracia y se deja leer, incluso para el lector no fanzinero. Las páginas interiores tienen un papel un tanto delgado que se transparenta apenitas, pero la impresión, teniendo en cuenta que es en monocromo y los originales son a color, es muy buena. El dibujo está bueno, y se entiende incluso cuando el color del original inunda de gris la página. Y aún cuando la línea que usa Leoni no es gruesa.
Lo que me gustaría que me explicasen es por qué del cambio de "Consejos Yegüísticos" a "Conceptos Yeguísticos", porque además del dibujo de la página final, está la dirección de Blogspot que aún figura en los listados de Google, pero que ni siquiera está disponible para usar en Blogger.


¿Quién debería comprar Conceptos Yegüísticos?
Yo veo gráficamente a estas historietas en la línea gráfica de otras talentosas dibujantes argentinas como Carochinasky y Clara Lagos. Siendo parte de esta nueva era en la que el material nace ya a colores en la pantalla de una compu, uno puede esperar que no hayan tramas manuales y que los grises no sean consecuencia de un trabajo original de sombreado mecánico o manual, sino del traspaso del color de la pantalla al gris del offset. Pero me atrevería a decir que este ejemplar es un buen lugar para acceder al mundo en el que florecieron Océano y Charquito. Y siempre es bienvenido encontrar damas que hagan historietas, en un medio que ha estado oliendo a huevo rancio por tantos eones.

MAX KING

martes, 15 de julio de 2014

MÉTALE FIERRO 1 -Revista Fierro Nº 92

Cuando concebí esta sección, la idea era que, desde un lugar que reseña historietas independientes y donde se hace énfasis en no ser demasiado duro con nadie, a practicamente el único medio importante que publica historietas nacionales no le podemos hacer precio y le tenemos que dar, justamente, con un fierro. Al cabo, no hay nada en el mercado argentino como la Fierro que publica La Página (o sea, Página/12), un medio profesional, que publica historietas profesionales hechas por profesionales, con un editor que no es autor de las historietas que publica, que se dedica a editar y tal. Fierro es el mainstream de la historieta, en esta época de ausencia de Frontera, de Columba, de Abril, de De La Urraca, así que de independiente no tiene nada.
Pero llegamos al momento de reseñar un número de Revista Fierro y JUSTO toca uno de los mejores números de esta segunda época de la revista.
Contemos, pues, de qué se trata todo y por qué este especial del mundial es de lo mejorcito que hemos leído en toda esta etapa de la revista dirigida po Juan Sasturain y Lautaro Ortiz.

Un poco de historia.
Para el que está de veras en bolas en la vida, hay que contar que Fierro empezó siendo Fierro a Fierro, historieta para sobrevivientes, en el 84, dentro de Ediciones de la Urraca, como un reflejo nacional de revistas de antología como Metal Hurlant y Heavy Metal, muy populares en esos años en EEUU y Europa.
Dirigida por Sasturain, la revista entonces era más gorda, más completa y con menos colores que la actual. Tenía notas varias, algunos autores internacionales y mucha papa fina.
Ricardo De Luca ha escrito una gran nota comparando ambas épocas de la revista y marcando la cancha de esta Fierro modelo Siglo XXI AQUÍ.
Con esta nueva etapa y este nuevo formato, la variedad más que el gusto ha traído la inconformidad. En la variopinta selección habitual de la revista, lo que yo he notado es que los números fluctúan entre aceptables y perdonables. Y normalmente unos se suceden con los otros. Seguramente eso se deba a que pocas veces verán dos episodios consecutivos de nada que se publique en la revista, por lo que números con varias piezas interesantes se turnan con números que se perdonan por las pocas piezas dignas de leerse. Ya cerca de romper la barrera de los 100 números, esa que mancó la etapa previa, esa que se ensalza como tan gloriosa, dudo que estén haciendo eso porque siguen existiendo cantidad de historietas que no se publicaron en los 15 años que la revista no salió. Han pasado años como para haber sacado muchas de esas piezas y si no lo hicieron, no creo que lo hagan, ya.

Lo que no me banco
Generalmente hay, más que piezas en particular, autores que no me generan pasión entre los que salen en la revista. Algunos de ellos son monstruos sagrados, incluso gente que respeto, pero cuyo laburo en la Fierro no me logró conquistar.
No conozco en persona al tipo, pero El Tomi me tiene un poco hastiado. Virtuoso a la hora de dibujar, con un estilo preciosista y muy claro aún sin el uso de la línea clara, las historietas que crea me resultan un exceso de paja la mayor parte de las veces. Pitos y conchas, mujeres en culo, sexo bastante explícito, no parece haber otra cosa en el imaginario de El Tomi. Y en más de una ocasión me dio la sensación de que no había siquiera un hilo conector para las escenas de desconche.
Entiendo la admiración al dibujante, pero en una revista de historietas espero que las historietas me cuenten algo.

Quattordio es un autor que tuve el agrado de conocer en persona. Un tipo sencillo, sin divismos, que me trató como un par cuando yo recién empezaba. UN SEÑOR. No obstante, lo que ha hecho en Fierro desde que Sasturain lo rescató del olvido no está a la altura de su calidad humana. Antes de hacer la historieta de superhéroes peronistas que hace ahora, hizo una donde no lograba dar a entender que sus despotriques contra el mundo comiquero eran una ironía, ofendiendo gente a su paso sin quererlo.

He hablado aquí de Fernando Calvi, de cuyas historietas en esta revista no logré adorar a ninguna. Eso se debe muchísimo más a su estilo actual que a cualquier otra cosa. El modo en que Calvi dibuja ahora no me cautiva como aquel con el que lo conocí en Megamán y las Bruno Helmet originales. Es algo totalmente subjetivo, porque la técnica de Fernando es impecable. Nada me impide leer lo que hace, pero tengo negado el disfrute con esos dibujos que se me figuran un poco cubistas.

Es así que sucede que cuando hay piezas de cualesquiera de estos tres caballeros en la revista, el medidor se me baja hasta "Perdonable". Sepan perdonarme los tres, pero es cosa de gustos.
Curiosamente, dos de estos tres autores no son de la partida en este número 92 de Fierro.

D10S bendiga al fútbol.
Algo que suele hacer ruido de la FIERRO de esta época es el hecho de estar siempre compuesta mayoritariamente de historietas que no están realmente pensadas para la revista y, a veces, ni siquiera están pensadas para editarse en Argentina. Casi la totalidad del material que sale en la revista se pensó principalmente para salir en un bonito libro o para salir en un bonito libro en Francia/España/Italia.
No hay casi nada (salvo las dos secciones de texto, algunas tiras y cosas muy sueltas) que haya sido hecho con la revista en mente, sino adaptándose a ella pero desde el objetivo primario del libro.
Ahí es donde este número resalta, porque al estar concebido con el Mundial de Fútbol en mente, la mayor parte del material gira alrededor de premisas pautadas por la propia revista. Incluso el material que no se realizó para la revista en sí encaja perfecto.
Las historietas que componen el número son éstas y tienen casi todas por disparador conceptos del futbol, acompañados por los fragmentos de las reglas del juego correspondientes.
(Fuera de Juego) Sorete de Luto, por Spósito y Maicas.
Los que habitualmente hacen Barrio Gris crearon una historia de un árbitro de futbol en el mismo tono que su laburo habitual, pero a todo color. Barrio Gris es de lo que nunca me falla en la Fierro, y esta historieta no desentona en lo absoluto. Cumple con todo.

(Cargar al Adversario) Chamuyo, por Saborido y Agrimbau.
Futbol y terror, pero sin mostrar fracturas expuestas. Iba a decir realismo mágico, pero lo que narra la historia es más tirando a oscuro, pese a que todo sucede con plena luz. Se ve de lejos la cancha de Saborido, de sus años de laburo. Y aunque Diego Agrimbau ni tiene tantos años como Félix haciendo lo suyo, se le nota también que la tiene clara.

Tiempo de descuento, de Parés y Podetti.
Los capos de Diego y Esteban llevan a Willy Divito y los locos del plumín, su serie delirante de parodia grotesca en la que ponen a famosos dibujantes de historietas argentinos en situaciones imposibles y absurdas, a una nueva aventura con el fútbol solamente como excusa en el título y en la tira del procer Durval que dispara toda la historia. Cualquier lugar donde pasen Parés y Podetti es mejor por eso. Y encima lo hacen aparecer a Gustavo Sala en la cola de candidatos a reemplazar a Durval.

Pique, de Farías y Jok.
Otra muestra de que Jok puede dibujar con igual solvencia una fantasía de espadas y demonios y una de delincuentes conurbanos. Un par de amigos hacen un laburito para probarse ante una "famiglia" y, como en un fichín de los clásicos, en la final deben enfrentarse. Para los que tenemos problemas para narrar contando mucho en poco tiempo, esta historieta de cuatro páginas es casi de manual. Hay que tomar nota y aprender. Y todo usando el concepto de pique como punto cúlmine.
Cantitos Ofensivos, por Gustavo Sala.
Sala hace que uno quiera comprar la Fierro para no tener que esperar el recopilatorio. Acá no hay una de las delirantes historietas absurdas de Gustavo, sino una serie de grotescas caracterizaciones de hinchas y sus cantos respectivos. Como todo lo que hace Sala, parece que empieza en serio y se va bien a la mierda en seguida.
(Patada de atrás) Pequeño Manual para Triunfar en la Copa "Mais Grande Do Mundo" por Iturrusgarai.
Más humor de parte del creador de los Vaqueros Gays (sí, los creó antes que Secreto en la Montaña). Es bueno leer algo de humor de un Brasilero escribiendo para Argentina. Iturrusagarai nunca es preciosista gráficamente, pero al dibujo humorístico solamente se le pide que sea funcional a la gracia que se busca transmitir.
Tarjeta Roja, por Saccomano y Mandrafina.
En una revista como la Fierro, que actualmente se regodea en su uso del color, las historietas que dibuja Mandrafina en el más clásico blanco y negro se destacan, no solamente por eso mismo, sino porque además Mandrafina dibuja como para sacarse el sombrero. Para colmo, el guión de Saccomano, prácticamente un monólogo del protagonista acompañado con precisión visual por Mandrafina, construye otro ejercicio de "contar mucho en poco espacio". Lo que se dice, hacer la jugada en una baldosa, concepto futbolero si los hay. La historia generada por el concepto ofrecido vuelve a acercarnos al hampa y a los momentos en donde las fidelidades se ponen a prueba. Un poco como la de Farías y Jok, pero en otra época y otro contexto.
La Red, por Lunik.
La vi de lejos y no me animé a saludarla en Dibujados y me arrepiento de eso. Lunik dibuja hermoso. Me encuentro con sus laburos en el consultorio de mi terapeuta, en la revista OhLaLa! Y debería haber comprado el recopilatorio. Acá en la Fierro, toma la red y la hace brillar (por su ausencia) en una historieta de una página donde el relato se desarrolla en cada ventana del edificio. Humor negro para redondear. No es lo más lindo que le vi dibujar y me atrevería a decir que es lo menos vistoso de todo el número. Pero no me parece que haga caer el promedio del número.
Raven On the Wing, por Tully y Solano López.
En un interesante texto de Laura Vázquez se nos presenta la historieta central y pieza principal del número futbolero, creo que la única historieta no concebida a propósito de este número. Solano se había ido a laburar a Europa y recaló en la editorial Fleetway, donde dibujó, junto a un selecto grupo de ayudantes, una historieta de fútbol donde un equipo inglés incorpora en sus filas a un gitano que la mueve. Cualquiera diría que el tal Raven está basado en Maradona, si no fuera porque la historieta fue hecha en 1968, cuando el Diego tenía apenas 8 añitos y ni siquiera estaba en los Cebollitas. Para eliminar la chance de referencia, Raven deja de ser publicada en el 74, año en el que el Diego entra en Argentinos Juniors.
Fuera de eso, estamos ante la más clara e inequívoca historieta futbolera de todas. El equipo Inglés va a Perú a jugar una final de un torneo de clubes ante un equipo local y deberá enfrentar no solamente el juego del rival en el campo, sino sus jugadas sucias fuera de la cancha. Por suerte está Raven para salvarlos. Encima usa la 10. No digan que Solano no era un visionario al concebir gráficamente a este pibe de pelo ensortijado y talentosas gambas que hace magia en más de un sentido brillando entre los distinguidos y remilgados jugadores bretones. Un tesoro recuperado que engalana un número que ya hasta acá venía muy bien.
Tiro Libre, por Ortiz e Iñaki.
Si no puse a esta dupla en la sección de Lo Que No Me Banco es porque sus piezas habituales me resultan más comprensibles. Este trío de páginas me costó entenderlo. Necesité tres relecturas para empezar a comprender lo que pasa, y así y todo, el final es neblinoso, aunque tenga color y la línea precisa de Iñaki Echeverría. Debo ser yo, seguramente, aunque me temo que no, y que me gusta más el laburo de Iñaki cuando hace dibujo humorístico.
(Vestimenta Deportiva) Te de Nuez Especial Fútbol, por Lucas Nine.
Lucas Nine tiene un curioso talento con un efecto aún más curioso en mí. Su dibujo es estilizado pero no es lindo; es difuso, pero se entiende muy bien, huele a viejo, pero es fresco. Y aunque visualmente no me atrae, no puedo dejar de leerlo, porque es un placer. Lucas hace historietas deliciosamente graciosas. La saga de Té De Nuez había terminado hace rato, pero Lucas trajo de regreso a Timoteo, del Ministerio de Asuntos Infantiles (junto a su ama de leche, Mamelón) para organizar un partido entre buenos y malos. Los buenos ganan, pero de qué forma. Nine consigue hacer su gracia a fuerza de contrastar entre el tono del dibujo, como dije, con pinta de estar influído por viejos ilustradores de fines del XIX a principios del XX, algunos diálogos que remiten a formas de hablar correctas y de tiempos del jopo, y remates quebradores de todo eso. Sí, los buenos ganan, pero de mala forma, porque lo importante es ganar, y al cabo los rivales eran todos malos.
Mano Intencionada, por El Tomi.
¡NO LO CREO AUNQUE LO VEO! El Tomi hizo cuatro páginas sin dibujar una mísera teta. Cuando no te distrae con garchas, tetas y panochas, lo bien que dibuja este tipo se nota mucho más. Si yo dirigiera una nueva revista Hum®, El Tomi haría las tapas. Esta historieta, repasando las manos de personajes históricos y lo que éstas dicen, es casi una colección de ilustraciones, aunque enlazadas por la secuencia y el relato que acompaña esa secuencia. No me hizo caer los calzones, pero es tan milagroso que El Tomi haya dejado por un instante de dibujar como si aún existiese la SexHum® que a lo mejor la estoy sobrevalorando. Pero ahí donde otros autores usualmente zafan y acá estuvieron flojos, el que no me bancaba metió uno de los puntos altos del número. Satisfacción.
(Penal) La Verdadera Historia del Arquero Abelardo Orquidi, por Angel Mosquito.
Mosquito nunca me defrauda. Ya sea con guiones de Fede Reggiani o en solitario, el inestimable Angel Mosquito me gana con casi todo lo que hace. En otra historieta futbolera del número, Mosquito nos pica con una genial historia de futbol "de ascenso", en bello blanco y negro con grises de trama. He visto dibujos de futbolistas más gráciles que los de Mosquito, pero no sé si más expresivos. Mosquito sabe hacer expresarse con la cara y el cuerpo a sus personajes, es uno de sus dones. Otro punto alto de esta Fierro con un final de remate.
(Invasión de Campo) Alma de Hincha, por Alejandro García y Nicolás Brondo.
Una historieta que se mete en el mundial mismo. Ya antes del mundial, la historieta, que se ubica al lado del alma de un hincha muerto a poco de la final. El hincha quiere ver el partido entre Argentina y Brasil y mueve el cielo (la tierra no porque ya no está en ella como para moverla) para poder ver esa final.Un guión bastante aceptable de Alejandro García. El dibujo de Brondo no me gusta mucho, pero le doy crédito por laboriosidad merced a esa viñeta donde el alma desciende al Maracaná. El estadio y sus alrededores se ven de fondo, seguramente calcados de una foto, pero calcado a mano, con trazos seguros y prolijos, y la siguiente página, con el dibujo amplio de la grada con los hinchas argentinos. A grosso modo, debe haber dibujado más de 100 personas en esa página. Y la historia se resuelve bien. No está a la altura de otras piezas del número, pero no es tampoco la peor, lo que en un número tan bueno, es ya mucho.

(Juego Brusco) El otro Messi, por Emilio Utrera.
Otra bien futbolera para coronar el redondo número futbolero de Fierro.
Otra historieta en blanco y negro. Curioso que uno de los mejores números de la nueva Fierro tenga muchas piezas en blanco y negro como la vieja Fierro, que a lo sumo se imprimía a dos tintas, salvo, claro está, la tapa. Aquí tenemos una muy contundente historia de violencia y fútbol y de fútbol en la violencia y de violencia en el fútbol, con un relato claro y entretenido. Algunas viñetas se me hacen un poco saturadas y confusas, pero en general el laburo es claro y de deja comprender. Tampoco es la mejor pieza, pero deja bien parado al número en el final.

Aunque hubo puntos flojos, el número muestra diferencias con lo habitual: es más parejo, no tiene ninguna historieta penosa y hasta diría que deberían hacer algo así siempre, con tal que los autores hagan cosas pensando en la revista y no en tomos para Francia.

Será hasta la próxima, cuando esperamos tener más con qué meterle fierro a la Fierro.


MAX KING