lunes, 26 de marzo de 2018

Miguel Ángel Buenas Noches

Revista formato 21,5 x 11,5 cm, 24 páginas color, tapa y retiraciones a color, encuadernado a grapas. Guión: Kokin Kokambar (http://kokambar.blogspot.com.ar/) Dibujo: Juan Pablo Curia (http://locuriatoons.blogspot.com.ar/) (FB: https://www.facebook.com/locuriaboy). Edita (sin acreditar) Ediciones Pollofante (https://www.facebook.com/edicionespollofante/)
Esta tapa contiene dos spoilers, pero no se van a dar
cuenta hasta que la lean.
¿Qué onda?
Este tomo salió en lo que Kokin Kokambar denominó "Un fin de año a todo culo" junto con la anterior pieza de Kokin que reseñé, Historietas Extraordinarias 1, y la reedición de Huevos Fritos del Espacio, además de otras cosas. En esta ocasión, Kokin convocó al dibujante e ilustrador Juan Pablo Curia para que ponga en viñetas esta historia que empieza donde otras historias terminan. Vaya uno a saber por qué aciago motivo Kokin omite poner el sello de Pollofante Ediciones (su editorial) en la tapa, o algún pie de edición informal. La cosa es que sabemos que la editó él. Y vaya edición, merecedora del "a todo culo" para lo que es una modesta editorial como la de Kokin (modesta en recursos, no en intenciones). Y es que el dibujo de Curia merece ser reverenciado con una edición a todo color en papel ilustración de buen gramaje. Por ahí algunas páginas no quedaron bien centradas luego de la cizalla (sospecho que se usó una plancha doble carta y se la cortó al medio, para economizar sacando dos ejemplares por cada impresión), pero en nada se pierde la gracia de estas 24 páginas que parecen estar pensadas como tiras, un ámbito en el que Kokin se mueve muy bien.

¿De qué se trata?
No vamos a espoilear nada si decimos que Miguel Ángel, que ya aparece en la tapa con su aureola y sus alitas, se muere en esta historia, en parte porque la tapa lo deschava y en parte porque se muere en la primera viñeta de la primera página, así que su deceso es apenas el principio de la historia.
No es exactamente una historieta infantil, pero no por el
golpe bajo del protagonista que se muere, precisamente
Miguel es recibido en el cielo por San Pedro, y lo que sigue es un desfile de situaciones absurdas y divertidas muy en el estilo de Kokin, pero ilustradas por Curia con un estilo cartoonero bastante de la escuela de El Bruno. Hacer un guiso, conocer a la abuela que no se conoció en vida, enterarse del destino eterno de los padres, darse cuenta que se murió y conceguir un trabajo en la patria celestial es lo que a Miguel Ángel Buenas Noches le va a ir pasando en las páginas de esta revista. Despistado como es, el protagonista ni siquiera se buscó ese destino y en su despiste y sorpresa el bueno de Kokin va colocando cada gag.
El final del ejemplar también está deschavado por la tapa, pero recién te avivás de eso cuando llegás a esa última página, lo que convierte a esta obra en una que se autoespoilea de entrada para que las vueltas de tuerca no te distraigan de los momentos cómicos que hay adentro.
¿Quién debería comprar Miguel Ángel Buenas Noches?

La dura verdad en la cara.

Si seguís a El Bruno, en especial su laburo que no es para niños, como Malena la Nena Alcohólica, el estilo gráfico de Juan Pablo Curia (nombre de Papa, apellido de colectivo religioso) te resultará más que familiar. Con recursos y elementos propios, uno puede ubicarlo en una misma escuela gráfica con el autor de Humor Etiliko y Escuela de Monstruos. Es una forma muy agradable y graciosa de dibujar cosas de cierta gravedad, como la muerte. Y eso ayuda mucho a la historia que Kokin escribió.
Obviamente que si sos fan de Kokin, ésta obra la tenés que tener. Aún cuando él no la dibuje, su toque está en el guión, y es claramente una obra suya, aún sin los tópicos más comunes en sus laburos. Las labores de ambos se complementan y acomodan al otro muy bien, y a menos que quieras que la historieta sea un ámbito bucólico para tratar temas serios y sin espacios para reírse y entretenerse un rato, no vas a tener problemas en disfrutar de las desventuras de Miguel Ángel, en su historia que empieza donde todas las demás terminan.


MAX KING

domingo, 18 de marzo de 2018

METALE FIERRO 2: Fierro etapa 3 Volúmen 4

Levante la mano el que extrañe a Chichoni.
Disculpame, Fede, sos un capo, pero no por
esta tapa, pese a que está bien hecha.
La última vez que escribí esta sección, Fierro era una revista mensual, estaba por llegar a los 100 ejemplares y nadie concebía que fuera a terminarse, aún pese a lo irregular de su calidad. Entre aquella nota de julio de 2014 a hoy, y cambio de gobierno (y de color político) mediante, Fierro etapa 2 halló su final, aunque superando los números de su primera época. Fue un final anunciado, en parte porque la calidad cayó y en parte porque los propios directores avisaron que se acababa. Los malpensados asumen que, más que la insistencia de Sasturain de publicar la versión de Zenitram de Quattordio, lo que le dio el golpe de gracia a la revista fue la caída de la pauta oficial que arribó con el nuevo gobierno. Yo creo que todo aportó y que, sin insinuaciones políticas, había que hacer un cambio.
El cambio vino de varias maneras: Sasturain fue relevado de su cargo de frontman y co-director, quedando relegado a su posición inamovible de dueño de la marca, Lautaro Ortiz tomó las riendas en solitario junto con la redacción de la editorial, que ahora viene al final del tomo, la revista tiene una casi fanzinera periodicidad trimestral, el precio se elevó a 100 pesos y la cantidad de páginas a 100 (contando el pliego de la tapa). Además de eso, en vez de "número", ahora la revista se presenta en "volúmenes" y el subtítulo perdió su nacionalismo, aunque no su pretenciosidad: LA HISTORIETA.
El interior de la revista, hasta aquí, nos dice que el cambio no favorece mucho más a esta etapa que a la previa, respecto de la etapa original. El rumbo que parece tomar la FIERRO fluctúa entre "más cantidad que calidad" y "menos es más pero tampoco la pavada".
¿Leyeron mi reseña de "El Antro Nº1" de hace unas semanas? Bueno, si Lautaro Ortiz me considerase algo más que un flaco que escribe un blog, si es que siquiera supiese de mi existencia, claro, poco estaría haciendo para cerrarme la boca cuando digo que aquella modesta revista de Vendetta Ediciones es lo que debería ser la Fierro hoy. Seguramente Ortiz tiene planes para la Fierro que no tienen nada que ver con los que Leo Figueroa tiene para El Antro. Lo que yo quisiera saber, viendo el contenido de este volúmen 4 es QUÉ PLANES SON ESOS.
DÓNDE SE PARA UNO
La filosofía de este sitio es darle al lector una referencia de desde dónde uno habla del objeto de una reseña. Es un ejercicio no de objetividad, sino de honestidad, cosa por demás infrecuente en la crítica en particular, y últimamente también en el periodismo en general. En primer lugar, yo entiendo que, siendo una palabra derivada de historia, la historieta debe contar justamente eso, una historia. No se trata de una regla rígida, ni hay que cumplir el esquema occidental de tres actos, sí se trata de que la historieta diga algo, y que lo diga con la suficiente claridad como para que el lector pueda, con una primera lectura, sacar alguna cosa más o menos en limpio de lo que acaba de leer. Aún los números más flojos de la vieja Fierro cuentan algo. El Antro es breve y tiene historietas cortas y episódicas, y uno cierra el ejemplar y puede decir aproximadamente que pasó en esas páginas (la tropa de soldados con poderes llegó a un refugio, los asaltantes mataron a los competidores y subieron al tren, un periodista saca una foto comprometedora de un superhéroe y fracasa al tratar de vendérsela a los supervillanos). Lu Comics, reseñada hace dos lunes, tiene chistes que acaso duran una viñeta, pero al terminar uno encontró muchas historias pequeñas (historietas, si te parece también) tensiones entre situación y remate que están contando algo. Y eso es lo mínimo que le pido a una historieta, y más a una revista que se llama a sí misma "LA HISTORIETA".
Y ASÍ VIENE LA COSA
Entre las cien páginas (94, si le restás el pliego de la tapa) Fierro dedica las páginas 37 a 56 a rescatar el MANUAL DEL GORILA de Del Peral y Kalondi, que se publicara en 1964. No hay historieta estricta acá, sino textos de uno e ilustraciones de otro, pero lamento decir que es la papa más fina del volúmen, sin desmedro de otras piezas que rescato del océano gris que compone el ejemplar.
En el resto, la impresión general que este cuarto volúmen de FIERRO me da es que la idea que Lautaro Ortiz tiene de lo que debe ser LA HISTORIETA es FEA. Aunque algunas historietas tienen algún balance entre la belleza gráfica y la narrativa (la de Santullo y Jok, por ejemplo) todas las historietas parecen haberse decantado por una u otra, y se ciñeron a un molde estrecho y calculado para que la revista no le pueda dar de comer a las otras editoriales, como se jactó
Lautaro Ortiz muy polémicamente, en una entrevista, que la Fierro previa hacía con todas esas historietas episódicas que luego eran recopiladas por sellos como Historieteca.
Seré malpensado, acaso, pero las historietas de una o dos páginas donde no hay lugar para el desarrollo, debe ser frustrante para los pibes que convocaron, todos llenos de ganas de jugar en ese equipo de primera que es la FIERRO (el único equipo de primera que hay, en el inexistente mainstream nacional, sin grandes editoriales de historieta que pongan sus materiales nacionales nuevos en los kioscos de diarios), toparse con tan estrechos márgenes de maniobra que ni siquiera les permiten tirar el jamón del medio aunque sea en fetas.
Si ésta es la visión de Ortiz de lo que
debe ser LA HISTORIETA, alguien
debe recomendarle un oculista con
suma urgencia, sí señor.

Hasta lograron que no me guste lo que hizo Sémola Souto ni lo de Fede Pila.
Lo peor de todo es comprobar que, tras estos nuevos cuatro volúmenes de la renovada Fierro, lo que me rompía las bolas de la etapa anterior no fue parte del cambio. Lo ecléctico de la selección de autores sigue generando la misma alternancia entre números aceptables y números apenas pasables. Y la existencia de El Antro hace que lo "apenas pasable" de Fierro se perciba todavía más "apenas" y menos "pasable".
Es una pena sacarse de encima los desafortunados esmeros de Juan Carlos Quattordio con los superhéroes (esmeros que podrían haberse rumbeado a temáticas más acordes a su capacidad humorística que adaptar el libro de Sasturain) para acabar poniendo dibujos con tachones de Iván Riskin. Pero quizás ahora la historieta es eso, capaz Lautaro tiene esa visión y va tras ella, busca a las nuevas generaciones de lectores, y yo soy un anticuado que quiere leer historietas que se entiendan y que no parezcan arte abstracto o coneptual. O capaz quiere volverse una especie de mecenas de artistas comiqueros de vanguardia, y piensa que lo figurativo y claro ya fue y que lo nuevo es feo, ininteligible y se pasa de las convenciones (las de la historieta y las de historieta). O tal vez es todo eso junto y además que nadie pueda juntar todos los trabajos y convertirlos en una historieta coherente que puedan editar Historieteca, Domus o Loco Rabia, vampirizando el apoyo generoso y visionario que él le hizo a esos autores que no los conocía nadie en su país de no ser por la FIERRO.
No sé, hubiera querido reseñar el número pasado, que tenía mejor promedio y se parecía más a lo que a mí me gustaría que fuera la Fierro: una revista que no te haga sentir que gastaste tu vista al pedo en la mitad de las páginas.


MAX KING

PD: en serio, ni me voy a dignar en reseñar en detalle el contenido, pieza por pieza, como hice la vez pasada. He mencionado algunas piezas que quería destacar para bien o para mal del ejemplar, y por lo demás no quiero tener que decir de algunos autores que respeto cosas que el resto de su obra no merece por culpa de lo que han hecho en este volumen 4. Ojalá en tres meses todos se rediman al menos un poco... y que Vendetta saque más números de El Antro.

lunes, 12 de marzo de 2018

Daily Life of Séfora

Libro formato 20 x 14 cm, 96 páginas blanco y negro, tapas y retiraciones a color, encuadernado rústico. Autor: A.C. Puig (http://acpuig.com/) Edita: Editorial Módena. (https://www.facebook.com/EditorialModena)

¿Qué onda?
Tenía mis dudas antes de decidir hacer esta reseña. Es que el tomo me encantó y cuando empecé a investigar encontré que el autor es Español y esto hace al tomo la primera edición internacional encarada por la editorial de Fernando Biz, y eso es muy profesional. Una charla con el editor me aclaró las cosas: Fernando no está ganando un mango por editar este tomo, ya que la mayor parte de lo que entra paga los honorarios del autor y el resto se va en promoción y participación en eventos. No ganar un mango es el espíritu de un fanzine, y eso hizo que esta pequeña maravilla del manga en castellano se gane su lugar en este blog.
Si hablamos del autor, Aaron Castagno Puig es un dibujante de manga español que en el 2014 se había juntado con colegas para hacer un fanzine llamado Tamago Duro (https://www.facebook.com/tamagoduro/). Para ese fanzine, Puig se la jugó a crear a su primera protagonista femenina, Séfora L. Biz, mangaka él también, no pudo evitar llenarse los ojos de emoción al descubrir este delirio que tiene todo lo que nos supo ofrecer en República Gada, su opera magna: situaciones absurdas, muchos momentos muuuy sexys, una mascota parlante, referencias a otros mangas o animés, alguna que otra burla a los clichés de género y una protagonista ingenua pero con carácter. La diferencia radica en el tipo de universo. Allí donde Biz nos dio un realismo con toques grotescos que descontracturan (a manos del Profe, generalmente) aquí Puig coloca las cosas en una realidad donde un portal se abrió y cosas ridículas y aterradoras han entrado, siendo Séfora presumiblemente una de esas.
Biz optó por adaptar algunas partes del original (que está en perfecto castellano de la península) y aunque hay cierto choque entre los textos que quedaron sin cambiar (donde hay verbos en segunda del singular y plural que siguen siendo tú y vosotros en vez de vos y ustedes), debemos concederle a Fernando que se las rebuscó para que los cambios obren en favor del público argento, poco acostumbrado al duro argot popular de los españoles, donde la guita son perras, el arma es una pipa, matar a alguien es cargárselo, la yuta es la pasma y algo jodido es bien chungo. ¡Y yo que pensaba que todo se reducía a jolín mola mogollón! ¡Qué gilipollas!

No, que la historieta es española. ¿De dónde sacás que
está ambientada en la Argentina de los años 90?
¿De qué se trata?
A mí no me engañan, y al resto del público tampoco, Séfora es una diablita que salió del inframundo en la explosión que le ocasionó una amnesia. Una jovencita, sexy, hermosa diablita con la perfecta combinación entre un rostro de angelito y un cuerpo para ganarse el infierno. Alegre, divertida, pero con cambios extremos en su personalidad, que el autor afirma que se trata de bipolaridad pero si leés media página del manual de psiquiatría sabés que no es pero está fasshonaburuna que los cambios de humor repentinos se los catalogue vulgarmente como bipolaridad. Séfora va de una personalidad alegre a una hiperagresiva y violenta (sin rasgo alguno de la depresión habitual en los bipolares o incluso en los ciclotímicos).
Psiquiatría aparte, K.J., a quien Séfora llama cariñosamente "Cari", es el hijo del investigador que causó la explosión que provocó la amnesia de la chica. Sintiéndose culpable, se hace cargo de cuidar a Séfora hasta que recupere su memoria. Ella está convencida de que Cari es su novio, pero lo cierto es que no. Nunca entenderemos por qué el robusto y bonachón K.J. no saca partido de esta situación, aunque sea para darnos gusto a los lectores, pero bueno, se supone que él sabe cosas que nosotros no, y mucho de la culpa opera en eso también.
Para que no nos olvidemos (como Séfora) de la naturaleza infernal de la protagonista, dos secundarios regulares acompañan a K.J. y su protegida: un gato infernal llamado Mortimer que escapó del infierno y es la mascota de Séfora, y el mismísimo Lucifer, que viene de a ratos a jugar a la Play con Mortimer, a quien tuvo que dejar salir del infierno por perder con él una partida de Scrabble.
Situaciones absurdas, momentos de destrucción monumental, paredes, techos, manzanas completas destruídas por las ocasiones en que Séfora libera sin querer sus poderes, mezclados con escenas de una absoluta ingenuidad y no nos olvidemos de cantidad de viñetas sexys que te hacen pensar en conseguir el teléfono del laboratorio del papá de KJ y pedir tu propia diablita desmemoriada.
¿Quién debería comprar Daily Life of Séfora?
Así es como se ponen los puntos sobre las íes en
casa de K.J.

No hay realmente ninguna escena zarpada que te haga pensar en que tus infantes no deben leer ésto, pero la dosis de sexy quizás sea muy alta para prepúberes, y en las primeras páginas Séfora recibe tres impactos de bala bien gráficos, así que vamos a ubicar el rango etario para lectores desde los 11/12 años, o sea, hacia el final de la pubertad, nomás porque tengo casi 42 años y derecho de ser un poco ortiba. Es decir, en Bienvenidos a República Gada hay varios desnudos, de esos que causaron que Fernando Biz tuviera que mudarse de cuenta de Facebook varias veces, y acá Séfora no pela siquiera una sombra de pezón a través de la tela, pero no necesita jamás mostrar nada. En serio, K.J. ¿Qué te pasa? ¿No tenés sangre en las venas, chabón? En fin. Por lo demás, esta historieta requiere muchísimo menos conocimiento previo de los clichés de género que cualquier otra comedia de las que publica Módena y casi ni hace falta que te apasione el manga para poder disfrutar y reír con Daily Life Of Séfora. Si Biz no me hubiera abierto las puertas del Manga con Bienvenidos a República Gada, Séfora lo haría igual de bien, y sin explosiones desmemorizantes.


MAX KING

domingo, 4 de marzo de 2018

Tomás y sus Mundos

Libro formato 14,8 x 21 cm, 45 páginas blanco y negro, tapa ilustración grueso a todo color, retiraciones blanco y negro, encuadernado rústico. Autor: Luciano Giráldez (Blog: http://lucianogiraldez.blogspot.com.ar/) (Página FB: https://www.facebook.com/Luciano-Giraldez-Dibujos-100163456721625/). Edita La Duendes (http://historietapatagonica.blogspot.com.ar/).


En la tapa, diversas versiones de los tres protagonistas.
en la contratapa, los invitados, con mucha autorreferencia.
¿Qué onda?
Si algo llama la atención cuando uno mira la currícula de Luciano Giráldez es lo intensa que es en tan poco tiempo. Este pibe, a la edad en la que yo recién empezaba a despegar en el ambiente fanzinero, ha recorrido un trecho significativo. Desde su origen ilustrando libros para EDEBÉ, a su actualidad con su taller propio de dibujo, pasando por publicaciones como Comiqueando (en su formato web), Cripy, Alegría o Barcelona, y su labor como parte del equipo de dibujantes de Tino y Gargamuza, bajo la batuta de Gabriel Marchesini.
También se las rebuscó para estudiar un toco: Diseño Gráfico en la UBA, Historieta con Oswal, dibujo humorístico con Garaycochea y caricatura con Jorge de los Ríos y Santiago Dufour. Y todo antes de los 27. Yo a los 27 el mayor orgullo que tenía era no haber tenido caries (y ese año mi dentista me encontro cuatro). Luciano publica esta tira en el sitio de La Duendes hace bastante, y el presente tomo recopila las publicadas entre julio de 2016 y abril de 2017, así que el material es de lo más fresco que tenemos para reseñar.
¿De qué se trata?

Referencias Pop, Referencias Pop
everywhere!
Definitivamente orientada a un público menudo (que es el modo canchero en que los adultos no asumidos de nuestra madurez evitamos decir "infantil" porque nos suena muy formal y de viejos) la tira narra las "aventuras" de Tomás, un pibe de 12 años con una gran imaginación, que vive su vida entrando y saliendo de estos mundos imaginarios que son su forma de ver más divertida y apasionante su vida. Lo acompañan sus dos amigos, la aventurera Lola y el levemente nerd Hugo. Ir a la Escuela, pasar un examen, jugar una partida de RPG en la compu en red con sus amigos, leer cuentos en clase, soñar con tus superhéroes favoritos, todo se tiñe de los mundos de fantasía de Tomás, y Luciano no desaprovecha la ocasión para colar sus otros personajes, en un acto de autobombo y autorreferencia que no pienso reprochar, porque yo haría lo mismo. Tampoco se priva de tirar referencias de la cultura pop, tanto propias de esta tira como de la mano de sus otros personajes.
Donde se nota su experiencia en la animación es en la caracterización y la simpleza del trazo. No obstante eso, sería genial que los personajes tuvieran un poco más de dinamismo, porque a veces se ven un poco duros. Pese a eso, hay que reconocer que no hay nada que moleste la lectura y se agradece que siempre sea claro lo que pasa en cada viñeta. También merece reconocimiento el trabajo de remaquetación de página, ya que originalmente Tomás y sus Mundos era una tira apaisada, y las viñetas se reposicionaron para entrar en el formato de libro. No hay en el libro créditos que indiquen quién hizo el diseño, así que asumimos que el mérito es de Luciano, tanto del laburo de adaptación como el de las tiras originales, que por lo que vi en la web de La Duendes, así como están concebidas originalmente, no dan ningún problema para adaptarlas.
¿Quién debería comprar Tomás y sus Mundos?
Dijimos que está dedicado al público infantil, de preferencia de menos edad que los protagonistas, que funcionarían igual de bien si en vez de 12 tuvieran 10. Yo a los 12 ya tenía pelusa gruesa en el bozo y estaba loco por una compañera de grado que anduvo con medio Séptimo B (la otra división), así que imagino que los púberes de la edad del protagonista ya están pensando en otra cosa y les costará más identificarse conTomás.
En definitiva, la variedad de géneros tratados, el estilo y las edades de los protagonistas apuntan a un público infantil/prepuber con gustos variados y aún no secuestrados por la exclusividad gráfica del Animé.


MAX KING