lunes, 12 de marzo de 2018

Daily Life of Séfora

Libro formato 20 x 14 cm, 96 páginas blanco y negro, tapas y retiraciones a color, encuadernado rústico. Autor: A.C. Puig (http://acpuig.com/) Edita: Editorial Módena. (https://www.facebook.com/EditorialModena)

¿Qué onda?
Tenía mis dudas antes de decidir hacer esta reseña. Es que el tomo me encantó y cuando empecé a investigar encontré que el autor es Español y esto hace al tomo la primera edición internacional encarada por la editorial de Fernando Biz, y eso es muy profesional. Una charla con el editor me aclaró las cosas: Fernando no está ganando un mango por editar este tomo, ya que la mayor parte de lo que entra paga los honorarios del autor y el resto se va en promoción y participación en eventos. No ganar un mango es el espíritu de un fanzine, y eso hizo que esta pequeña maravilla del manga en castellano se gane su lugar en este blog.
Si hablamos del autor, Aaron Castagno Puig es un dibujante de manga español que en el 2014 se había juntado con colegas para hacer un fanzine llamado Tamago Duro (https://www.facebook.com/tamagoduro/). Para ese fanzine, Puig se la jugó a crear a su primera protagonista femenina, Séfora L. Biz, mangaka él también, no pudo evitar llenarse los ojos de emoción al descubrir este delirio que tiene todo lo que nos supo ofrecer en República Gada, su opera magna: situaciones absurdas, muchos momentos muuuy sexys, una mascota parlante, referencias a otros mangas o animés, alguna que otra burla a los clichés de género y una protagonista ingenua pero con carácter. La diferencia radica en el tipo de universo. Allí donde Biz nos dio un realismo con toques grotescos que descontracturan (a manos del Profe, generalmente) aquí Puig coloca las cosas en una realidad donde un portal se abrió y cosas ridículas y aterradoras han entrado, siendo Séfora presumiblemente una de esas.
Biz optó por adaptar algunas partes del original (que está en perfecto castellano de la península) y aunque hay cierto choque entre los textos que quedaron sin cambiar (donde hay verbos en segunda del singular y plural que siguen siendo tú y vosotros en vez de vos y ustedes), debemos concederle a Fernando que se las rebuscó para que los cambios obren en favor del público argento, poco acostumbrado al duro argot popular de los españoles, donde la guita son perras, el arma es una pipa, matar a alguien es cargárselo, la yuta es la pasma y algo jodido es bien chungo. ¡Y yo que pensaba que todo se reducía a jolín mola mogollón! ¡Qué gilipollas!

No, que la historieta es española. ¿De dónde sacás que
está ambientada en la Argentina de los años 90?
¿De qué se trata?
A mí no me engañan, y al resto del público tampoco, Séfora es una diablita que salió del inframundo en la explosión que le ocasionó una amnesia. Una jovencita, sexy, hermosa diablita con la perfecta combinación entre un rostro de angelito y un cuerpo para ganarse el infierno. Alegre, divertida, pero con cambios extremos en su personalidad, que el autor afirma que se trata de bipolaridad pero si leés media página del manual de psiquiatría sabés que no es pero está fasshonaburuna que los cambios de humor repentinos se los catalogue vulgarmente como bipolaridad. Séfora va de una personalidad alegre a una hiperagresiva y violenta (sin rasgo alguno de la depresión habitual en los bipolares o incluso en los ciclotímicos).
Psiquiatría aparte, K.J., a quien Séfora llama cariñosamente "Cari", es el hijo del investigador que causó la explosión que provocó la amnesia de la chica. Sintiéndose culpable, se hace cargo de cuidar a Séfora hasta que recupere su memoria. Ella está convencida de que Cari es su novio, pero lo cierto es que no. Nunca entenderemos por qué el robusto y bonachón K.J. no saca partido de esta situación, aunque sea para darnos gusto a los lectores, pero bueno, se supone que él sabe cosas que nosotros no, y mucho de la culpa opera en eso también.
Para que no nos olvidemos (como Séfora) de la naturaleza infernal de la protagonista, dos secundarios regulares acompañan a K.J. y su protegida: un gato infernal llamado Mortimer que escapó del infierno y es la mascota de Séfora, y el mismísimo Lucifer, que viene de a ratos a jugar a la Play con Mortimer, a quien tuvo que dejar salir del infierno por perder con él una partida de Scrabble.
Situaciones absurdas, momentos de destrucción monumental, paredes, techos, manzanas completas destruídas por las ocasiones en que Séfora libera sin querer sus poderes, mezclados con escenas de una absoluta ingenuidad y no nos olvidemos de cantidad de viñetas sexys que te hacen pensar en conseguir el teléfono del laboratorio del papá de KJ y pedir tu propia diablita desmemoriada.
¿Quién debería comprar Daily Life of Séfora?
Así es como se ponen los puntos sobre las íes en
casa de K.J.

No hay realmente ninguna escena zarpada que te haga pensar en que tus infantes no deben leer ésto, pero la dosis de sexy quizás sea muy alta para prepúberes, y en las primeras páginas Séfora recibe tres impactos de bala bien gráficos, así que vamos a ubicar el rango etario para lectores desde los 11/12 años, o sea, hacia el final de la pubertad, nomás porque tengo casi 42 años y derecho de ser un poco ortiba. Es decir, en Bienvenidos a República Gada hay varios desnudos, de esos que causaron que Fernando Biz tuviera que mudarse de cuenta de Facebook varias veces, y acá Séfora no pela siquiera una sombra de pezón a través de la tela, pero no necesita jamás mostrar nada. En serio, K.J. ¿Qué te pasa? ¿No tenés sangre en las venas, chabón? En fin. Por lo demás, esta historieta requiere muchísimo menos conocimiento previo de los clichés de género que cualquier otra comedia de las que publica Módena y casi ni hace falta que te apasione el manga para poder disfrutar y reír con Daily Life Of Séfora. Si Biz no me hubiera abierto las puertas del Manga con Bienvenidos a República Gada, Séfora lo haría igual de bien, y sin explosiones desmemorizantes.


MAX KING

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