¿Qué onda?
Estaba pensando en qué revista iba a reseñar para esta segunda entrada del blog y no sabía de cuál hablar. Y entonces, camino al laburo, meto la mano en la mochila para sacar una de las revistas que tenía para leer. Agarré la Cripy y al agarrarla, me corté la mano con el filo de una de sus hojas. Siendo una revista de terror para niños, me resultó divertida la conjunción entre el cortecito, la sangre y el tópico que trata esta revista.
Y así es que encontré la segunda entrada del blog. Con un chiste filoso nacido del accidente más pelotudo que te puede pasar con una hoja de papel.
En su vida civil se llama Luis Roldán. Acaso sabiendo que su nombre da para un personaje de Alberto Olmedo y por eso puede generar chistes, Luis se hace llamar Lubrio y se dedica al dibujo humorístico, entre otras cosas. Es que se nota que para Lubrio, el humor es cosa seria.
Lubrio, además de hacer cosas deliciosas como Una Pequeña Variable, de co-organizar la muestra Dibujados y de dar clases de teatro, dirige y coordina (y también dibuja para) una revista virtual de historietas de terror para niños. Cripy, cuya versión regular y virtual puede conseguirse en el sitio arriba indicado, tiene su versión en papel en especiales más que jugosos. El número 3 es el que nos reúne aquí. Y este número trae una gran cantidad de obras de los más diversos autores. Por orden de aparición: Nahuel Sagárnaga (tapa), Lucía Miranda (retiración de tapa), Jon Amarillo (Mostrobot), Maléfico (Edgarcito, el nene atormentado, curiosamente no incluído en el índice), El Gory (Pum-Pum, hecha junto a Lubrio), Clemente Montag (Don Aníbal), Lubrio (Detalles), Parpaglione (Ficha coleccionable), José A. García y Matías Chenzo (Acampada), Luciano Galíndez (La Playa), De Rossi (texto Mitos Urbanos), Rapetti (Crema del cielo), Amadeo Balderrama (Póster de terror), Pibita Anacrónica (La Momia de Rahotep), Brian Janchez (Topati), El Pybe(La Cena Misteriosa), FSF (El Hombre del Rincón), Oenlao y Jesús Alarcón (Los Kazasustos), Pablo Elías (Monstruópolis), Emilio Ferrero (Malman), Panzarasa (Dr. Praxu y Cianuro, con Clemente Montag), Capitán Manu (ilustración del cuento de) Verónica Roldán (La caja de Música) y Guada (Humortalidad), para cerrar con la contratapa de Juan Chavetta.
Todo eso en 60 páginas, contando tapa, contratapa y retiraciones.
Estaba pensando en qué revista iba a reseñar para esta segunda entrada del blog y no sabía de cuál hablar. Y entonces, camino al laburo, meto la mano en la mochila para sacar una de las revistas que tenía para leer. Agarré la Cripy y al agarrarla, me corté la mano con el filo de una de sus hojas. Siendo una revista de terror para niños, me resultó divertida la conjunción entre el cortecito, la sangre y el tópico que trata esta revista.
Y así es que encontré la segunda entrada del blog. Con un chiste filoso nacido del accidente más pelotudo que te puede pasar con una hoja de papel.
En su vida civil se llama Luis Roldán. Acaso sabiendo que su nombre da para un personaje de Alberto Olmedo y por eso puede generar chistes, Luis se hace llamar Lubrio y se dedica al dibujo humorístico, entre otras cosas. Es que se nota que para Lubrio, el humor es cosa seria.
Lubrio, además de hacer cosas deliciosas como Una Pequeña Variable, de co-organizar la muestra Dibujados y de dar clases de teatro, dirige y coordina (y también dibuja para) una revista virtual de historietas de terror para niños. Cripy, cuya versión regular y virtual puede conseguirse en el sitio arriba indicado, tiene su versión en papel en especiales más que jugosos. El número 3 es el que nos reúne aquí. Y este número trae una gran cantidad de obras de los más diversos autores. Por orden de aparición: Nahuel Sagárnaga (tapa), Lucía Miranda (retiración de tapa), Jon Amarillo (Mostrobot), Maléfico (Edgarcito, el nene atormentado, curiosamente no incluído en el índice), El Gory (Pum-Pum, hecha junto a Lubrio), Clemente Montag (Don Aníbal), Lubrio (Detalles), Parpaglione (Ficha coleccionable), José A. García y Matías Chenzo (Acampada), Luciano Galíndez (La Playa), De Rossi (texto Mitos Urbanos), Rapetti (Crema del cielo), Amadeo Balderrama (Póster de terror), Pibita Anacrónica (La Momia de Rahotep), Brian Janchez (Topati), El Pybe(La Cena Misteriosa), FSF (El Hombre del Rincón), Oenlao y Jesús Alarcón (Los Kazasustos), Pablo Elías (Monstruópolis), Emilio Ferrero (Malman), Panzarasa (Dr. Praxu y Cianuro, con Clemente Montag), Capitán Manu (ilustración del cuento de) Verónica Roldán (La caja de Música) y Guada (Humortalidad), para cerrar con la contratapa de Juan Chavetta.
Todo eso en 60 páginas, contando tapa, contratapa y retiraciones.
¿De qué se trata?
Cripy es una antología que reúne historietas cortas, o episodios cortos de historietas, más algún texto y un cuento corto. Este especial 3 tiene un surtido numeroso. Las historias giran en torno al terror, pero enfocadas al público infantil, lo que implica que si no tienen humor para niños es porque están protagonizadas por niños. Personalmente y sin desmerecer al resto de los autores, las piezas que más me gustaron de este especial fueron: Monstrobot, una breve historia de pibes viendo pelis de ciencia ficción terroríficas de los 50; Don Aníbal, joya de Montag con su estructura clásica de chiste, donde un aparentemente apacible viejo de barrio encierra en sí a un monstruo de hábitos alimenticios diferentes; Detalles, una historieta corta y contundente de Lubrio enmarcada en la ciencia ficción con miedito, muy sólida; las tres tiras de Topati, de Brian Janchez, de quien hablaré largo y tendido en la reseña sobre uno de los últimos libros que sacó; Malman, de Emilio Ferrero, tres tiras cómicas sobre un personaje malo, del tipo de villanos que a mí me gustan, los malos simpáticos.... y el cuento final merece párrafo aparte, así que, con permiso.
Cripy es una antología que reúne historietas cortas, o episodios cortos de historietas, más algún texto y un cuento corto. Este especial 3 tiene un surtido numeroso. Las historias giran en torno al terror, pero enfocadas al público infantil, lo que implica que si no tienen humor para niños es porque están protagonizadas por niños. Personalmente y sin desmerecer al resto de los autores, las piezas que más me gustaron de este especial fueron: Monstrobot, una breve historia de pibes viendo pelis de ciencia ficción terroríficas de los 50; Don Aníbal, joya de Montag con su estructura clásica de chiste, donde un aparentemente apacible viejo de barrio encierra en sí a un monstruo de hábitos alimenticios diferentes; Detalles, una historieta corta y contundente de Lubrio enmarcada en la ciencia ficción con miedito, muy sólida; las tres tiras de Topati, de Brian Janchez, de quien hablaré largo y tendido en la reseña sobre uno de los últimos libros que sacó; Malman, de Emilio Ferrero, tres tiras cómicas sobre un personaje malo, del tipo de villanos que a mí me gustan, los malos simpáticos.... y el cuento final merece párrafo aparte, así que, con permiso.
En el final hay un cuento de Verónica Roldán. La hermana del editor le borra, en cada edición, la idea maliciosa a todos de que está en la revista porque es la hermana de Lubrio. Cuando tuve la idea de hacer Fan de Fanzines, una de las cosas que ansiaba poder reseñar eran los cuentos de esta muchacha. No solamente las narraciones son fluídas y originales. Verónica jamás se excede en detalles al pedo, y cada palabra que pone aporta al clima que busca. Es algo que, para ser honesto, le envidio. El cuento que plasma esta vez es el de un niño que llega de vacaciones con sus padres a un pueblo cuya magia excede lo mundano. El misterio, lo fantástico, el suspenso y la emoción pasan como ráfagas suaves de brisa que te dan palmadas a medida que lo leés, como esa brisa que va llevando risas en el cuento. El cuento te deja una sensación de extrañeza, prueba de que la autora fue eficiente en lograr que te metas en esa historia, aunque no seas el menudo destinatario de la revista.
¿Quién debería comprar Cripy?
Quizás gente que no tenga miedo a cortarse con la agudeza de las historietas que hay en la revista, o con el filo de sus hojas, como me pasó a mí. O no, tal vez más que eso.
Quizás gente que no tenga miedo a cortarse con la agudeza de las historietas que hay en la revista, o con el filo de sus hojas, como me pasó a mí. O no, tal vez más que eso.
Los estilos son variados, lo que implica que una amplia gama de gente puede encontrar su espacio en esta revista, tal es usualmente el fuerte de las antologías, pero yo creo que, más que nada, la revista es para los chicos. Hoy en día muchas cosas que daban miedo a nuestros padres son suaves para los niños, así que pensar en una revista "de Terror" para niños no es delirante. Al cabo, Mike y Sully descubrieron que la risa genera mucha más energía que el miedo, y la Cripy es definitivamente una revista divertida, y con monstruos. De seguro Mike Wasowsky la compraría... y también Boo.
MAX KING
No hay comentarios:
Publicar un comentario