La familia Tifosi de Ferrari revela al miembro más temible: la madre, cuyo nombre no spoilearemos, aunque sépase que no se llama Beatrix Kiddo.
¿Qué onda?
Hace unos años, de la conjunción de la gran pareja entre Llanto de Mudo y Ediciones Noviembre (ésta última por entonces a cargo del amigo Ricardo de Luca) salió un manga llamado Bienvenidos a República Gada, de la mano del ascendente Fernando Biz. Biz había estado tropezando con su serie sobre carreras de F1, su verdadero amor, y decidido a hacer algo distinto a lo que le gustaba pero parecido a lo que todos los demás otakus gustaban de leer. Movido por el mismo amor y la misma autocrítica por el manga que a este servidor lo mueve con el género superheróico, Biz concibió una historia una chica de secundaria y una situación absurda que la descoloca por completo de su ya de por sí inusual situación, con varios clichés muy del manga, desde la amiga secretamente enamorada (a lo Sakura Card Captor) hasta un adulto cuya inmadura degeneradez sexual aporta vis cómica, pasando por perros que hablan, braguitas a la vista, adolescentes calenturientos y escenas insert con el personaje en versión chibi.
Pues bien, Biz no deja de ser un fana enfermo de la F1 y de Ferrari, así que la protagonista de esta serie es de origen italiano y se apellida Tifosi di Ferrari (hincha de Ferrari, en castellano) y como dato de color, las miembros de la familia tienen nombres de cuerpos celestes: Estrella es la protagonista, Luna es su hermana mayor. Y hay una hermana menor, Venus, y la tía (Nova). Incluso la "amiga" de Estrella se llama Sol, como para no irse mucho de tema. Una familia tana donde el único hombre, además del novio de Luna, es el profe, que al final del primer número se convertía en el tío de las chicas. Ah, dato que se me escapó: el profe no tiene boca y Biz omite en general modificar la posición de sus cejas, por lo que nunca sabemos de verdad su ánimo o intención. Un hallazgo que ya se le había marcado a Fernando al inicio de esta serie.
El segundo tomo salió sin el sello de Llanto de Mudo, y cuando Biz redondeaba el tercer tomo, Noviembre (ignoro si el cambio de manos de la editora tuvo algo que ver) forzó a Fernando a montar su propia editorial, a la que, como no podía ser de otro modo para el fanático del Cavallino Rampante, se llama Módena. Lo obvio no le quita lo genial. Benvenuto il progetto.
Pues bien, Biz no deja de ser un fana enfermo de la F1 y de Ferrari, así que la protagonista de esta serie es de origen italiano y se apellida Tifosi di Ferrari (hincha de Ferrari, en castellano) y como dato de color, las miembros de la familia tienen nombres de cuerpos celestes: Estrella es la protagonista, Luna es su hermana mayor. Y hay una hermana menor, Venus, y la tía (Nova). Incluso la "amiga" de Estrella se llama Sol, como para no irse mucho de tema. Una familia tana donde el único hombre, además del novio de Luna, es el profe, que al final del primer número se convertía en el tío de las chicas. Ah, dato que se me escapó: el profe no tiene boca y Biz omite en general modificar la posición de sus cejas, por lo que nunca sabemos de verdad su ánimo o intención. Un hallazgo que ya se le había marcado a Fernando al inicio de esta serie.
El segundo tomo salió sin el sello de Llanto de Mudo, y cuando Biz redondeaba el tercer tomo, Noviembre (ignoro si el cambio de manos de la editora tuvo algo que ver) forzó a Fernando a montar su propia editorial, a la que, como no podía ser de otro modo para el fanático del Cavallino Rampante, se llama Módena. Lo obvio no le quita lo genial. Benvenuto il progetto.
¿De qué se trata?
En la casa de la tía de Estrella ya están viviendo las dos mentadas Estrella y su tía (médica cirujana, ella) Luna Ananké y el Profe, a la sazón padre del niño que crece en la panza de la tía de Estrella.
Las cosas, con Ananké ya instalada y los conflictos de su llegada resueltos en el número anterior, parecen tranquilas, pero suena el timbre y el mundo tiembla, porque llega la Madre de las chicas.desde Italia, para resolver asuntos con sus hijas.
Lo que sigue, es lo que ya nos acostumbró Biz a leer en estas páginas: situaciones absurdas, sexys, brutales, grotescas y cotidianas, mezcladas sin disimulo. Como punto fuerte de la historia están las muchas y no menos absurdas revelaciones de la historia familiar, desde el origen de la llegada de Estrella a Buenos Aires desde Italia hasta la muerte del abuelo.
Todo uno de los mejores dibujos bien estilo manga que haya visto en dibujantes argentos.
Digamos dos cosas sobre el dibujo de Biz, una buena y una mala.
Buena: el dibujo es lindo, prolijo, carente de excesos, con envidiables perspectivas. No, no es que se la juegue con escenas tipo M.C.Escher y se luzca, pero a más de uno de nosotros nos cuestan las puestas en escena más pelotudas dibujables a dos putos puntos de fuga y a Biz no. Biz no se manda nada del otro mundo porque no lo necesita, y lo que sí necesita lo resuelve con una solvencia que a mí me da envidia.
Mala: no logro notar en las cuatro damas que llevan adelante esta historia las diferencias de edad. Estrella tiene 15, Luna tiene 17, La Tía tiene 35 y la Madre 45 y en general, salvo por la estatura, se ven parecidas.
Estoy seguro que es un tema de proporciones, pero no tengo el libro de anatomía acá, así que baso mi apreciación en mi propia visión subjetiva, así que tómenme con pinzas, y el que coincida conmigo pero con argumentos, aporte su opinión, que es bienvenida.
Bien, dicho ésto, ahora arremetamos con el guión, del que voy adecir también una buena y una mala.
Buena: es muy gracioso. En especial a partir de la mitad del libro, cuando Biz parece estar de veras cómodo con la historia. El manejo del absurdo y los clichés del género se nota, incluso para un lego del manga como yo. Y que sirva de ejemplo: yo NO LEO MANGA, no soy habitué ni me atrae particularmente el estilo, pese a que el animé no me es ajeno y he visto animés desde la infancia (y si la historieta de La Abeja Maya se puede considerar como un manga, ahí tenés un manga que leí de pibe), y el laburo de Biz me gysta y me divierte. No hace falta ser del palo para disfrutarlo, lo que es sin dudas un punto importante a favor de Fernando.
Mala: en el primer tomo, un periodista del medio marcó algunos momentos un tanto groseros o acaso pasados de tono de aquella historieta inicial. Entiendo que la naturaleza tana de la relación entre las protagonistas y el hecho de ser una historieta de humor lleve el tono a extremos, pero en la primera escena me resultó que la guarrada era un poco forzada, o que ni daba para hacerla. O sea, es la primera página, hay que arrancar con la introducción de la historia (primer acto, que le dicen) y la atención del lector está puesta en eso, no hay exigencia de retenerlo con un comentario guaso. Hay muchas otras páginas para eso.
Pese a eso, a esta altura de la soireè uno ya sabe cómo viene la mano con las Tifosi di Ferrari, así que tampoco es que si llegaste hasta aquí un "tapate esas ubres" te va a hacer salir corriendo a pedir de vuelta tu dinero.
Las cosas, con Ananké ya instalada y los conflictos de su llegada resueltos en el número anterior, parecen tranquilas, pero suena el timbre y el mundo tiembla, porque llega la Madre de las chicas.desde Italia, para resolver asuntos con sus hijas.
Lo que sigue, es lo que ya nos acostumbró Biz a leer en estas páginas: situaciones absurdas, sexys, brutales, grotescas y cotidianas, mezcladas sin disimulo. Como punto fuerte de la historia están las muchas y no menos absurdas revelaciones de la historia familiar, desde el origen de la llegada de Estrella a Buenos Aires desde Italia hasta la muerte del abuelo.
Todo uno de los mejores dibujos bien estilo manga que haya visto en dibujantes argentos.
Digamos dos cosas sobre el dibujo de Biz, una buena y una mala.
Buena: el dibujo es lindo, prolijo, carente de excesos, con envidiables perspectivas. No, no es que se la juegue con escenas tipo M.C.Escher y se luzca, pero a más de uno de nosotros nos cuestan las puestas en escena más pelotudas dibujables a dos putos puntos de fuga y a Biz no. Biz no se manda nada del otro mundo porque no lo necesita, y lo que sí necesita lo resuelve con una solvencia que a mí me da envidia.
Mala: no logro notar en las cuatro damas que llevan adelante esta historia las diferencias de edad. Estrella tiene 15, Luna tiene 17, La Tía tiene 35 y la Madre 45 y en general, salvo por la estatura, se ven parecidas.
Estoy seguro que es un tema de proporciones, pero no tengo el libro de anatomía acá, así que baso mi apreciación en mi propia visión subjetiva, así que tómenme con pinzas, y el que coincida conmigo pero con argumentos, aporte su opinión, que es bienvenida.
Bien, dicho ésto, ahora arremetamos con el guión, del que voy adecir también una buena y una mala.
Buena: es muy gracioso. En especial a partir de la mitad del libro, cuando Biz parece estar de veras cómodo con la historia. El manejo del absurdo y los clichés del género se nota, incluso para un lego del manga como yo. Y que sirva de ejemplo: yo NO LEO MANGA, no soy habitué ni me atrae particularmente el estilo, pese a que el animé no me es ajeno y he visto animés desde la infancia (y si la historieta de La Abeja Maya se puede considerar como un manga, ahí tenés un manga que leí de pibe), y el laburo de Biz me gysta y me divierte. No hace falta ser del palo para disfrutarlo, lo que es sin dudas un punto importante a favor de Fernando.
Mala: en el primer tomo, un periodista del medio marcó algunos momentos un tanto groseros o acaso pasados de tono de aquella historieta inicial. Entiendo que la naturaleza tana de la relación entre las protagonistas y el hecho de ser una historieta de humor lleve el tono a extremos, pero en la primera escena me resultó que la guarrada era un poco forzada, o que ni daba para hacerla. O sea, es la primera página, hay que arrancar con la introducción de la historia (primer acto, que le dicen) y la atención del lector está puesta en eso, no hay exigencia de retenerlo con un comentario guaso. Hay muchas otras páginas para eso.
Pese a eso, a esta altura de la soireè uno ya sabe cómo viene la mano con las Tifosi di Ferrari, así que tampoco es que si llegaste hasta aquí un "tapate esas ubres" te va a hacer salir corriendo a pedir de vuelta tu dinero.
¿Quién debería comprar Bienvenidos a República Gada - MMMM-?
Obviamente los que gustan del manga y en especial el manga de pendejas de secundria. Sí, el manga está tan segmentado que hay incluso mangas para ese tipo de lectores.
Pero guarda, que yo no solamente no soy fana del Manga sino que ni siquiera soy una pendeja de secundaria (ni un pendejo de secundaria dispuesto a comprar esos mangas por las escenas sexys en las que las pibas aparecen en bombacha o en bolas), y la historia que cuenta Fernando Biz me compró desde el minuto 0. Es cuestión de entrar en el blog de la serie y darle una chance. Y si gusta lo que se ve, se puede ir y comprar este primer tomo de la flamante Editorial Módena, que promete sacar otros tomos de argentimanga, o manga argentino.
Si no compra este ejemplar por mí o por los muchos buenos argumentos que le acabo de explicar, hágalo por Biz, uno de los tipos más queribles que he tenido el gusto de conocer en el medio indie.
Pero guarda, que yo no solamente no soy fana del Manga sino que ni siquiera soy una pendeja de secundaria (ni un pendejo de secundaria dispuesto a comprar esos mangas por las escenas sexys en las que las pibas aparecen en bombacha o en bolas), y la historia que cuenta Fernando Biz me compró desde el minuto 0. Es cuestión de entrar en el blog de la serie y darle una chance. Y si gusta lo que se ve, se puede ir y comprar este primer tomo de la flamante Editorial Módena, que promete sacar otros tomos de argentimanga, o manga argentino.
Si no compra este ejemplar por mí o por los muchos buenos argumentos que le acabo de explicar, hágalo por Biz, uno de los tipos más queribles que he tenido el gusto de conocer en el medio indie.
MAX KING
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